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¿Los gatos bengalíes son agresivos o peligrosos? Datos y preguntas frecuentes (con aval veterinario)

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By Nicole Cosgrove

Gato bengalí en la punta de una rama seca.

Vet approved

Dr. Luqman Javed Photo

Reviewed & Fact-Checked By

Dr. Luqman Javed

DVM (Veterinarian)

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Los gatos bengalíes encantan a los amantes de los felinos por su apariencia similar a la de un gato salvaje, pero en un tamaño más pequeño y manejable. Su pelaje moteado y rayado, su agilidad y su tamaño podrían llevar a pensar que son agresivos o peligrosos como sus parientes salvajes. Sin embargo, esto no es cierto. Los gatos bengalíes no son más agresivos o peligrosos que otras razas. Dicho esto, cada gato tiene su propia personalidad, y algunos podrían ser más agresivos que otros.

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Agresividad en gatos bengalíes

Según una encuesta realizada entre dueños de gatos bengalíes, más del 16 % de estos felinos mostraron agresividad hacia otros animales, como perros u otros gatos en el hogar. Aunque esto no es inusual entre los gatos en general.

En cuanto a la agresividad hacia los humanos, no existen registros que sugieran que los gatos bengalíes sean agresivos o peligrosos con las personas. Debido a su parentesco con el leopardo asiático salvaje, estos gatos tienen estándares de cría rigurosos para limitar la agresividad y promover buenos temperamentos.

Los gatos bengalíes están completamente domesticados, pero son animales grandes con dientes y garras. Si no se crían, educan o socializan adecuadamente, pueden volverse peligrosos, pero esto también aplica a casi cualquier otro animal domesticado.

Gato bengalí corriendo en el pasto.
foto por: Jeannette1980, Pixabay

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Causas de la agresividad en los gatos

La agresividad es el segundo problema más recurrente con el que se encuentran los especialistas en comportamiento animal en relación a los gatos. Suele considerarse menos grave en comparación con los perros, ya que no son capaces de causar tanto daño, pero; aun así, pueden provocar lesiones con sus dientes y garras. Cuando los gatos se vuelven agresivos, suele haber una causa médica o conductual subyacente que debe abordarse. Las diferentes causas requieren distintos enfoques para solucionarlas.

La agresión en gatos puede ser ofensiva o defensiva. Un gato ofensivo intenta intimidar, mientras que un gato defensivo adopta una postura de autoprotección y puede tratar de parecer menos amenazador.

Las posturas ofensivas del gato incluyen:
  • Una postura erguida y rígida
  • Patas traseras rígidas con el extremo posterior levantado y la espalda inclinada hacia abajo
  • Cola rígida que se baja o se mantiene pegada al suelo
  • Miradas directas e inquebrantables
  • Orejas erguidas con el dorso girado hacia delante
  • Pelaje erizado, incluida la cola
  • Pupilas contraídas
  • De frente al adversario
  • Gruñidos o aullidos
Las posturas defensivas pueden incluir:
  • Agacharse
  • Cola curvada alrededor del cuerpo
  • Cabeza y cola escondidas
  • Pelaje erizado
  • Ojos muy abiertos con pupilas dilatadas
  • Orejas aplanadas hacia los lados o hacia atrás
  • Bigotes retraídos
  • Girado lateralmente hacia el adversario
  • Siseo con la boca abierta
  • Golpes rápidos con las patas delanteras
La agresión abierta puede incluir:
  • Morder
  • Luchar
  • Golpear con las patas
  • Gruñir
  • Chillar
  • Arañar
  • Exposición de dientes y garras en la lucha
Los gatos pueden mostrar agresividad por varias razones, entre ellas:
  • Agresión entre gatos: ocurre entre machos no castrados, disputando territorio y parejas, o entre compañeros del mismo o distinto sexo en conflicto por territorio, recursos o diferencias de personalidad.
  • Agresión por miedo: surge cuando un gato se siente amenazado y se intensifica si no puede escapar, ya sea por una persona, animal, objeto o sonido.
  • Agresión territorial: los gatos pueden volverse territoriales y atacar a otros gatos, perros o personas que invaden su territorio, lo que puede agravarse hasta agresividad manifiesta, patrullaje o marcaje. Puede deberse a la llegada de nuevas mascotas, cambios en el hogar o gatos vagabundos en el vecindario.
  • Agresión redirigida: se produce cuando un gato descarga su agresividad en algo que no es la causa directa, como atacar al perro o persona en casa porque está enfadado con un gato al que no puede acceder fuera.
  • Agresión inducida por caricias: Este tipo de agresión se produce cuando el gato no quiere que le acaricien y se siente irritado, lo que provoca que muerda o arañe.
  • Agresión inducida por el dolor: este tipo de agresividad proviene del dolor o malestar en alguna parte del cuerpo que hace que el gato esté irritable, como el dolor dental o la artritis. Un examen veterinario puede ayudar a determinar la causa y abordar el problema.
  • Agresión idiopática: este tipo de agresividad no tiene una causa subyacente que pueda explicarse mediante exámenes veterinarios, desencadenantes o antecedentes. Puede ser extremadamente peligrosa, ya que surge de la nada y puede afectar la seguridad del gato y del hogar.

Independientemente del tipo de agresividad que puedas estar enfrentando, es fundamental trabajar en conjunto con tu veterinario para identificar posibles causas subyacentes, como dolor, desequilibrios endocrinos, disfunción cognitiva o trastornos neurológicos. La medicación u otras intervenciones pueden ser adecuadas para tu gato en función de la situación.

Si el examen veterinario no encuentra ninguna causa médica que explique la agresividad, un especialista en comportamiento animal puede ser de gran ayuda para determinar la causa y guiarte en la modificación del comportamiento de tu gato para que tu hogar sea un lugar más seguro y armonioso.

Gato bengalí acostado en la tierra.
foto por: Uschi Dugulin, Pixabay

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Conclusión

A pesar de su apariencia similar a la de un gato salvaje, los gatos bengalíes están completamente domesticados al igual que cualquier otra raza. No son particularmente agresivos ni peligrosos como raza, pero es importante tener en cuenta que cualquier gato puede desarrollar problemas de agresividad debido a diversas causas. La mejor manera de enfrentar la agresividad en un gato es hacer equipo con tu veterinario y un especialista en comportamiento animal para determinar la causa subyacente y trabajar juntos en la resolución del problema.


Crédito de Imagen Principal: Seregraff, Shutterstock

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