¿Por qué de repente mi gato bebe mucha agua? 6 razones avaladas por veterinarios
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Todos los animales, incluidos los gatos, necesitan agua para sobrevivir. La ingesta media de agua para un gato es de unos 140 ml por cada 2.5 kg de peso corporal magro al día, es decir, aproximadamente 60 ml por kg de peso corporal al día.
Es normal preocuparse si observas que tu amigo peludo bebe menos o más agua de lo habitual. Cada situación tiene sus razones. En este artículo, examinaremos seis posibles causas por las que tu gato podría estar bebiendo más agua de lo normal.
Las 6 posibles razones por las que tu gato bebe mucha agua de repente:
1. Cambio reciente en la dieta de tu gato a comida seca
La cantidad de agua que bebe un gato está influenciada por su dieta. La comida seca contiene mucha menos humedad que la comida enlatada o fresca. Por lo tanto, un gato que consume comida enlatada o fresca necesita menos agua que uno que se alimenta con comida seca. Si recientemente cambiaste la dieta de tu gato a comida seca, lo que ocurre es que está incorporando menos humedad al comer, y para compensar la diferencia, bebe más agua.
2. Clima cálido
Al igual que tú, los gatos beben más agua si sienten que hace más calor de lo normal. En un día caluroso, tu gato podría beber más agua para rehidratarse. Por lo tanto, si hace calor, asegúrate de proporcionar suficiente agua a tu amigo peludo y de aumentar la ventilación y la circulación del aire en sus habitaciones.
La capacidad de termorregulación de nuestros amigos felinos no es tan eficiente como la nuestra, y les resulta difícil soportar altas temperaturas repentinas. En días particularmente calurosos, procura que tus gatos estén frescos y obsérvalos para detectar signos de malestar.
No se recomienda dejar que los gatos vaguen por el exterior debido a los numerosos riesgos asociados. De más está decir que es especialmente imprudente dejar deambulen al aire libre en un día caluroso. Si en algún momento percibes que el clima o la temperatura están afectando a tu gato, llévalo de inmediato a una revisión veterinaria. El golpe de calor en todas las mascotas, incluidos los gatos, es una condición muy seria y potencialmente mortal, y el tratamiento no debe retrasarse.
3. Infección del tracto urinario
Si tu gato de repente bebe más agua de lo normal, podría tener una infección en el tracto urinario. Este término abarca diversas afecciones relacionadas con el sistema urinario del felino. Si sospechas que tu gato padece una infección en el tracto urinario, contacta a tu veterinario cuanto antes. Algunos síntomas comunes de esta infección incluyen:
- Mayor consumo de agua
- Orinar con más frecuencia
- Dificultad para orinar
- Incontinencia urinaria
- Micción en pequeñas cantidades
- Rechazo a la caja de arena
- Olor intenso a amoníaco en el arenero
- Abdomen hinchado
- Orina turbia
- Orina con sangre
- Lamido excesivo de la zona genital
- Vómitos
- Letargo
- Aullidos intensos, especialmente al usar la caja de arena
Si detectas alguno de estos síntomas en tu gato, llévalo de inmediato al veterinario para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado. Cualquier infección en el tracto urinario (ITU) necesita atención veterinaria, sin importar cuán leve parezca.
4. Hipertiroidismo
Si tu gato comienza a beber y comer más de lo normal, muestra hiperactividad constante, pierde peso y experimenta otros síntomas gastrointestinales (como diarrea o vómitos sin explicación aparente), podría tener hipertiroidismo. Esta afección ocurre cuando la glándula tiroides del gato produce hormonas en exceso.
El hipertiroidismo es más común en gatos mayores y es una de las enfermedades endocrinas más frecuentes en felinos de mediana y avanzada edad. Asegúrate de llevar a tu gato a sus chequeos veterinarios de rutina, especialmente si notas que algo no está bien. Hay varias opciones de tratamiento para esta enfermedad, y el veterinario determinará la más adecuada para tu gato.
5. Diabetes
Una señal de diabetes en gatos es el aumento de la sed. Otros posibles síntomas incluyen mayor micción, pérdida de peso y aumento del apetito. Al igual que otras enfermedades, estos signos no son exclusivos de un gato diabético, por lo que si sospechas que tu gato no se siente bien, es recomendable llevarlo al veterinario.
Existen diversos factores que influyen en el control de la diabetes en tu gato, como la respuesta a la insulina, la gravedad del daño pancreático, enfermedades concurrentes y el seguimiento de tratamientos a largo plazo, ajustes en la dieta y el manejo recomendado por el veterinario.
6. Enfermedad renal
Otro motivo por el que tu gato podría tener más sed es una enfermedad renal. Los riñones, órganos con forma de judía ubicados en el abdomen de tu gato, tienen varias funciones, principalmente eliminar productos de desecho y compuestos del torrente sanguíneo. Además, participan en la producción de glóbulos rojos, la regulación de la presión arterial y el equilibrio electrolítico, entre otras funciones.
Si tu gato enfrenta problemas renales, es posible que beba más agua y orine con más frecuencia. Estos síntomas suelen aparecer cuando los riñones ya han sufrido daños considerables. Además, las enfermedades renales crónicas pueden ser consecuencia de otras condiciones, como las infecciones urinarias y la diabetes mencionadas anteriormente.
Por eso, es esencial llevar a tu gato a chequeos veterinarios regulares y hacer análisis de sangre y orina rutinarios para asegurar el buen funcionamiento de sus riñones. La enfermedad renal es progresiva y, en general, irreversible, pero un diagnóstico temprano mejora el pronóstico de tu gato.
En Conclusión
Si tu gato está bebiendo más agua de lo habitual, puede deberse a una necesidad natural por cambios en su alimentación o el clima, o podría ser síntoma de un problema de salud subyacente.
Como hay diversas razones que podrían explicar el aumento de su consumo de agua, es importante que un veterinario lo examine si notas algo inusual. El profesional podrá identificar, diagnosticar y tratar cualquier problema de salud subyacente que haga que tu gato beba más de lo normal.
Crédito de Imagen Principal: Carolien van Oijen, Unsplash